Desde 2018 a la fecha, se han financiado 24 organizaciones sin fines de lucro a través de la plataforma Doble Impacto, entre ellas fundaciones que han establecido una relación comercial con la banca ética para, independiente del contexto pandemia o estallido social, poder resolver situaciones complejas como flujo de caja, capital de trabajo o inversiones.
Uno de estos casos es el de la Fundación Cristo Vive que, como cuenta Ignacio Rosselot, frecuentemente debe dar continuidad a programas de un año a otro, sin haber recibido los recursos correspondientes.
“El déficit de caja que eso genera; llega un momento en que se hace insostenible para cualquier institución. Doble Impacto nos apoyó el año pasado con la gestión del crédito necesario para paliar el problema, cosa que ningún banco comercial está dispuesto a hacer en este país, con instituciones sin fines de lucro”, dice.
Una situación similar es la que relata Marcela Frías, miembro del directorio de Crea Chile.
“Nosotros trabajamos en comunidades terapéuticas de internación. El Gobierno nos paga mes vencido por el contrato que tenemos tras adjudicarnos una licitación. Entonces, a veces esos recursos no están. Doble Impacto nos prestó el monto que necesitábamos para sortear los meses de desfase de pagos”.
Desde la Fundación Huella Local, Álvaro Castro, director de Sostenibilidad de Huella Local, comparte el análisis y cuenta cómo se ha construido una relación que data de 2018.
“Trabajamos muy bien con Doble Impacto. Abrimos una línea de crédito por si lo necesitábamos, como por ejemplo plata para financiar proyectos. Doble Impacto es la única institución que nos gestiona créditos, no tenemos posibilidad de crédito con la banca (tradicional)”, afirma.
Cristián Espinoza de Pather Nostrum recuerda que el apoyo de Banca Ética en su momento resultó fundamental para comprar un terreno para una nueva sede.
“Sin la gestión del financiamiento de Doble Impacto no habríamos podido hacerlo. Con la banca tradicional habría sido más complejo. Al acudir a Doble Impacto tuvimos la posibilidad de acceder a comprar un terreno de 3.000 metros cuadrados”.
Raúl Valdivia de Fundación Sonrisas narra una experiencia similar, pero sobre todo subraya el apoyo recibido en el contexto de la pandemia.
“Las organizaciones sin fines de lucro hemos visto proyectos caídos, flujos comprometidos que no nos llegan, socios que han aportado menos. Entonces, el apoyo de Doble Impacto ha servido para continuar las operaciones sin sobresaltos, sin bajar sueldos ni desvincular a nadie. Nos ha permitido tener todos nuestros proyectos vigentes. Las fundaciones están súper expuestas al ciclo económico, a las crisis, es un área que se aprieta. Doble Impacto ha sido un gran aliado, un súper acompañamiento. Hay un proceso muy humano”, asevera.
Ximena Ovalle, directora ejecutiva de Fundación Gantz, habla de cómo ha sido enfrentar estos meses sin ingresos.
“Hemos pedido dos veces financiamiento para capital de trabajo. La última vez fue demasiado rápido. Entonces, estamos muy contentos. El proceso es expedito. Han sido dos veces súper importantes”.
Ximena recuerda que “como hospital cerramos el 16 de marzo. La mitad del personal pasó a disminución de jornada de trabajo, y la otra mitad suspensión de jornada laboral. Asumimos el compromiso de no despedir a nadie y de abril a julio trabajamos fuertemente con el equipo clínico en regreso seguro, volver a trabajar de manera ordenada, porque hay un protocolo súper exigente de las autoridades de salud”.
Además, de relevar la relación comercial con banca ética, las seis fundaciones coinciden que, aunque su funcionamiento se ha visto afectado por la pandemia, ha habido un proceso de adaptación y aprendizaje importante para seguir prestando el servicio que ofrecen a la comunidad.
Por su parte, Alejandra Jaurés, responsable del área de Desarrollo e Inclusión Social de Doble Impacto, explicó que “la Banca Ética, tiene por objetivo contribuir a través del financiamiento a crear una sociedad más justa e igualitaria, donde las personas estén en el centro y logremos el desarrollo sostenible de nuestro país”.
Jaurés hace un llamado a estas organizaciones a que visiten dobleimpacto.cl y conozcan la propuesta de valor en la estructuración de financiamiento a la medida para las organizaciones que generan impacto positivo en la sociedad.
Y en ese sentido, considera que Doble Impacto se alinea muchísimo con el propósito y la misión de muchas organizaciones sin fines de lucro, por lo que “creemos son actores clave en la construcción de esta nueva banca en Chile. Creemos que la manera en cómo se financian las organizaciones forma parte de su cadena de valor, y las organizaciones sin fines de lucro se sienten identificadas con los propósitos que nos unen”.
Desde 2018 hasta la fecha cerca de 30 organizaciones sin fines de lucro han contado con gestión a través de Doble Impacto, y aunque los montos y plazos varían en la estructuración del financiamiento “el monto máximo que hemos gestionado para una fundación es de alrededor de 700 millones de pesos”.
Sin embargo, sea cual sea el monto y la necesidad de estas instituciones, Jaurés destaca la disponibilidad del equipo de Doble Impacto por estudiar a fondo las características del sector para estructurar una solución a la medida.